Gestión

17.Ene.2011 / 05:06 pm

Fiesta patronal.

***Entre autoridades civiles y eclesiásticas, el pueblo mendocino festejó el Día de San Antonio Abad este 17 de enero, con la misma fe que hace más de un siglo les caracteriza.

OLYMPUS DIGITAL CAMERAEl pueblo mendocino, se congregó este 17 de enero en la iglesia San Antonio Abad para festejar al santo patrono, que bendice este pueblo desde 1896.

Con la presencia, de la primera autoridad civil del municipio Valera, profesor Temístocles Cabezas Morales, gran parte de su tren ejecutivo, el obispo diocesano Monseñor Vicente Hernández Peña, Monseór José Luís Azuaje, presbítero Fabricio Tobón, párroco y otros sacerdotes trujillanos, se veneró con gran fervor a San Antonio Abad.

Feligresía

Abuelos, agricultores, estudiantes, amas de casa, empleados públicos, dirigentes comunitarios, niños y jóvenes, acompañaron al patrono durante la misa patronal y la procesión por las principales calles y avenidas del sector.

Por su parte, el párroco Fabricio Tobón comentó acerca de la veneración a este santo, tan querido especialmente por niños, jóvenes y novios.

“Es natural que haya devoción por San Antonio, un monje que dejó su riqueza por la contemplación solitaria y que desde 1896, ha bendecido al pueblo de Mendoza Fría”, expuso Tobón.

Plegaria

La plegaria comunitaria de este año, fue el cese de la lluvia como efectivamente sucedió, pues fue en la parroquia Mendoza del Valle del Momboy, donde la naturaleza volcó su fuerza destruyendo viviendas, puentes, carreteras y donde además falleció la única persona a causa de un derrumbe.

“Ante las adversidades, debemos hacer como San Antonio quien perdió a sus padres siendo joven y en vez de afligirse, encontró en Dios la paz y el camino para su vida a través de la atención espiritual y servicio comunitario”, comentó el párroco.

Por su parte, monseñor José Luís Azuaje se encargó de la prédica y recordó que hace 26 años allí en la fiesta de San Antonio, dio su primer sermón patronal cuando estuvo cumpliendo misión en esa parroquia. Hizo un esbozo acerca de la vida solitaria de San Antonio, quien encontró en la soledad, tranquilidad y humildad el camino de Dios.

Relato

“Este hombre vivió de trabajos manuales para su sustento, permaneció 20 años en el desierto, se dedicó a la meditación silenciosa, a la disertación directa con Dios lejos del entretenimiento y el ruido del mundo; también tuvo tentaciones mundanas como un hombre normal, pero su diferencia fue la fortaleza que nunca le faltó y por eso no declinó”, acotó monseñor Azuaje.

Por tantas virtudes de San Antonio y la espiritualidad que contagiaba, Dios le permitió la vida por más de 100 años, siendo un consejero, un padre entre quienes le conocieron.

La devoción, es especial entre los jóvenes quienes tienen fe que puede concederles una pareja; entre tanto, su vida es ejemplo de humildad y servicio, actitudes que deben caracterizar a los seres humanos y en ocasiones, resulta muy difícil.

“El Valle del Momboy está bendecido por San Antonio Abad, este pueblo es historia con su trabajo, hombres y mujeres de bien, cultura y arte, ojalá los niños y niñas que son el futuro también cultiven estas raíces entre sus familias”, apuntó Azuaje.

En otro orden de ideas, la procesión del patrono por las calles del pueblo selló de nuevo la fe de los mendocinos; en la localidad diversas actividades musicales y recreativas se llevarán a cabo hasta el próximo fin de semana, para culminar las fiestas de San Antonio Abad en el municipio Valera.

Patricia Araujo

Gráficas: Reinaldo Carreño

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