Gestión

11.Dic.2018 / 11:22 am

Por: Gian Carlo Di Martino*

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Atento a la situación política de Venezuela, no podía pasar por alto el tema de la migración con los grupos de mandatarios arrastrados al presidente gringo, Donald Trump, pidiendo y pidiendo dólares como un barril sin fondo, y las contundentes palabras del presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Diosdado Cabello, en la conmemoración del Día del Estudiante Universitario.

O, a mi modo de ver, la contradicción que se plantea entre las mentiras de los enemigos de la revolución bolivariana, con su estrategia perversa haciendo un escándalo mediático de la emigración venezolana, y Diosdado mostrando una juventud patriota digna, rebelde, irreverente, efervescente, de grandes convicciones, que no abandona el país bajo ninguna circunstancia; que estudia gratis y lucha por un mejor mañana, por esa Venezuela que les pertenece y que, sin duda, tendrán el reto de gobernar en el futuro.

De las migraciones lo que más me sorprende es la cuantiosa suma de dólares que se sigue moviendo con el argumento de favorecer a los venezolanos en el exterior, cuestión que le abrió las agallas a los presidentes del Grupo de Lima, una partida de delincuentes que ahora se han dado a la tarea de chulearse al imperio gringo y a la Unión Europea.

Lo más repudiable de esta situación es que mientras haya dinero de por medio, esos mandatarios que se le bajan los pantalones al presidente Trump, apoyadas por la canalla mediática internacional, nunca dejarán de mostrar al mundo una Venezuela en crisis, para seguir «tragando» dólares, principalmente el presidente paramilitar y narcotraficante de Colombia, Iván Duque.

La oligarquía colombiana es insaciable; pueden estar seguros, mis amigos lectores, mis amigas lectoras que, si EEUU le regala una maquinita a esos miserables para fabricar el billete norteamericano, la rompen en tres días. Aman tanto la riqueza, que por el dinero asesinan con pasmosa frialdad, con espantosa naturalidad, sin el menor rubor, sin el menor remordimiento, de allí la matanza de líderes campesinos en Colombia con ellos en el Palacio de Nariño.

Ahora, déjenme decirles que a los gringos nadie los chulea, tengan por seguro que los yanquis están conscientes de que los presidentes del Grupo de Lima, cada uno con sus grupitos de vividores en sus respectivos gobiernos, se roban el dinero.

Los gringos los conocen, saben que son unos hampones que viven de lo que han robado aprovechando su condición política, pero en el fondo ese criminal imperio se hace el ciego, porque los utiliza para seguir su campaña de desestabilización, aun pensando que pueda prosperar la estrategia de ayuda humanitaria que ellos plantean, con la firme intención de invadirnos.

Aunque debieron darse cuenta que Diosdado Cabello les dio en la madre el Día del Estudiante Universitario, rodeado de una multitud de jóvenes dispuestos a defender la patria, una muchedumbre que no publica la canalla mediática internacional; los medios de comunicación al servicio de la derecha fascista, solo muestran a los muchachos que emigran. Ni siquiera los que se traen de regreso en el plan «Vuelta a la Patria», que puso en ejecútese el dictador Nicolás Maduro Moros, para los migrantes que damnificados en los países que eligieron engañados, quieran regresar a Venezuela con todos los gastos pagados.

Cabello fue contundente en sus palabras diciendo que los jóvenes apoyan la revolución bolivariana, y que la mayoría se está preparando para su defensa ante cualquier ataque de la derecha mediática. «Lo que ustedes están haciendo sobre tener su propia vocería es, quizás, el mayor avance de la revolución», dijo.

No podían ser más certeras esas palabas ante esa masa universitaria, ese ejército de jóvenes dispuestos a defender la patria. Allí no hubo montaje mediático, solo estaba congregada de manera espontánea esa Venezuela joven que no se arrodilla, que se niega a ser una patria indigna arrastrada a los gringos.

En esa conmemoración estudiantil estaban los universitarios que acoge la revolución, para darles educación gratuita; no como en Colombia, donde la hampón y asesino Iván Duque los disuelve a perdigones y gases con la policía, cuando reclaman presupuesto para poder seguir estudiando.

En Venezuela, la revolución que inició el Comandante Eterno y sigue el presidente de la paz, Nicolás Maduro Moros, con otra convicción distinta al entreguismo y a la violencia, se sembró en tierra buena y ahí están los frutos prestos a seguir la lucha libertaria bolivariana y chavista.

*Politólogo, profesor, abogado. Ex-Alcalde de Maracaibo. Cónsul de Venezuela en Milán – Italia.

Fuente: www.aporrea.com